Comencé a trabajar en mis proyectos de foto y video desde los primeros tiempos de aprendizaje sin demasiada conciencia sobre lo que significaba la construcción de un cuerpo de obra, tenía 22 años y lo hacía por necesidad y búsqueda personal, pulsión y deseo. A veces añoro aquellos sentimientos y estados, entonces, regreso a ellos con algún tipo de mantra o ritual.
Desde el comienzo me fotografié a mi misma y a otros en los que me espejaba. El Otro soy yo, ya intuía. Comprendo, ahora, que los cuerpos desnudos deslizándose en el tiempo eran mi modo de quitar los velos que me impedían ver en profundidad y decodificar lo Real. Siempre intuí que otro modo de experimentar el hecho vital era posible, un modo que se pueda apartar de los mandatos y el “deber ser”
Por eso , la autobiografía estuvo presente desde mis comienzos como método para comprender el mundo, mi mundo. Es una indagación que me permite encontrar posibles respuestas a los enigmas que, desde muy temprano, me envolvieron: la muerte, el tiempo y los misterios que se ocultan en nuestra memoria.
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- mi memoria es oblicua y contiene un enigma
Gualok
Proyecto autobiográfico alrededor de la figura de mi madre, su silenciosa vida y misteriosa muerte. Fotografías, diarios, autorretratos ficcionados, audios y pequeñas instalaciones.
Morir
de amor
el olvido el deseo el amor
Un proyecto que gira en torno a una carta de amor del año 1967 que mi padre envía a mi madre y que llega a mi desde muy temprano configurando mi idea del amor, -de su amor- y que ha ido mutando a través de los años. Alianzas olvidadas en mi mesita de luz, candados en los puentes y rituales de unión y separación conforman la obra.
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Cuando viajo vuelvo a ser street photgrapher y siempre llevo un diario. Al regresar armo pequeños photozines.
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Ensayo desarrollado por Rocío Abellán para Mujeres Mirando Mujeres. Año 2019. Puedes leerlo aquí.